Disonoranze funebri per Francisco Franco

di Jesús López Pacheco

a seguire «Adivina, adivinanza» di Joaquín Sabina (*)

DISONORANZE FUNEBRI PER FRANCISCO FRANCO

di Jesús López Pacheco

 

Alla storia non passano, sempre che ci passino,

solo i suoi costruttori

passano anche come i terremoti,

come gli uragani e le inondazioni,

come le grandi piaghe

e i grandi dolori

quelli che cercano di fermarla a forza di odio

e distruggono la vita a un numero sufficiente di persone.

 

Così sei passato tu alla storia – finalmente!

e con grandi onori.

Vincitore della guerra più bella e più triste

paziente distruttore di vita e di cuori

eroe nero di Spagna, eroe di sangue freddo,

capitano generale delle esecuzioni.

 

Hai dato nome a un tempo

di papponi e delinquenti

a un’epoca lunga come un giorno senza pane

a una piaga di paura, silenzi e dolori

a una pozza di storia nella storia di Spagna

che pure deve avere i suoi storici.

Rimanga il tuo nome, dunque, davanti alle loro pagine

perché nessuno dimentichi mai il tuo triste nome.

 

DESHONRAS FÚNEBRES POR FRANCISCO FRANCO

A la historia no pasan, si es que pasan,

sólo sus constructores.

Pasan también -como los terremotos,

como los huracanes y las inundaciones,

como las grandes plagas

y los grandes dolores-

los que intentan pararla a fuerza de odio

y destruyen la vida a suficientes hombres.

 

Así has pasado tú a la historia -¡al fin!-,

y con grandes honores.

Vencedor de la guerra más hermosa y más triste,

paciente destructor de vida y corazones,

héroe negro de España, héroe de sangre fría,

capitán general de las ejecuciones.

 

Le has dado nombre a un tiempo

de chulos y matones,

a una época larga como un día sin pan,

a una plaga de miedo, silencios y dolores,

a una charca de historia en la historia de España

que ha de tener también historiadores.

Quede tu nombre, pues, al frente de sus páginas

para que nadie olvide nunca tu triste nombre.

«Adivina, adivinanza»

di Joaquín Sabina

Mil años tardó en morirse, 

pero por fin la palmó. 

Los muertos del cementerio 

están de Fiesta Mayor. 

Seguro que está en el Cielo 

a la derecha de Dios. 

Adivina, adivinanza, 

escuchen con atención. 

A su entierro de paisano 

asistió Napoleón, Torquemada, 

y el caballo del Cid Campeador; 

Millán Astray, Viriato, 

Tejero y Milans del Bosch, 

el coño de la Bernarda, 

y un dentista de León; 

y Celia Gámez, Manolete, 

San Isidro Labrador, 

y el soldado desconocido 

a quien nadie conoció; 

Santa Teresa iba dando 

su brazo incorrupto a Don 

Pelayo que no podía 

resistir el mal olor. 

El marqués de Villaverde 

iba muy elegantón, 

con uniforme de gala 

de la Santa Inquisición. 

Don Juan March enciende puros 

con billetes de millón, 

y el niño Jesús de Praga 

de primera comunión. 

Mil quinientas doce monjas 

pidiendo con devoción 

al Papa santo de Roma 

pronta canonización. 

Y un pantano inagurado 

de los del plan Badajoz. 

Y el Ku-Klus-klan que no vino 

pero mandó una adhesión. 

y Rita la cantaora, 

y don Cristóbal Colón, 

y una teta disecada 

de Agustina de Aragón. 

La tuna compostelana 

cerraba la procesión 

cantando a diez voces clavelitos 

de mi corazón. 

San José María Pemán 

unos versos recitó, 

servía Perico Chicote 

copas de vino español. 

Para asistir al entierro 

Carrero resucitó 

y, otra vez, tras los responsos, 

al cielo en coche ascendió. 

Ese día en el infierno 

hubo gran agitación, 

muertos de asco y fusilados 

bailaban de sol a sol. 

Siete días con siete noches 

duró la celebración, 

en leguas a la redonda 

el champán se terminó. 

Combatientes de Brunete, 

braceros de Castellón, 

los del exilio de fuera 

y los del exilio interior 

celebraban la victoria 

que la historia les robó. 

Más que alegría, la suya 

era desesperación. 

Como ya habrá adivinado, 

la señora y el señor, 

los apellidos del muerto 

a quien me refiero yo, 

pues colorín colorado, 

igualito que empezó, 

adivina, adivinanza, 

se termina mi canción, 

se termina mi canción.

Se volete ascoltarla qui un video al vetriolo: https://youtu.be/UW3_3NJcOwg

NOTA DELLA BOTTEGA

Dopo 44 anni e molte battaglie legali, i resti del dittatore Francisco Franco lasciano la Valle de los Caídos; cf //ilmanifesto.it/seppellita-una-brutta-storia/

GRAZIE A SERGIO per aver segnalato i testi di Jesús López Pacheco e Joaquín Sabina,

 

Redazione
La redazione della bottega è composta da Daniele Barbieri e da chi in via del tutto libera, gratuita e volontaria contribuisce con contenuti, informazioni e opinioni.

Lascia un commento

Il tuo indirizzo email non sarà pubblicato. I campi obbligatori sono contrassegnati *